Peelings químicos

Las exfoliaciones químicas eliminan las capas externas dañadas de la piel para suavizarla, reducir las cicatrices y eliminar las imperfecciones. De leves a fuertes, hay tres tipos de exfoliaciones químicas: alfahidroxiácido (AHA), ácido tricloroacético (TCA) y fenol. La fuerza de cada exfoliación se adapta al paciente. Las exfoliaciones se pueden combinar con otros procedimientos, como estiramientos faciales, para mejorar aún más la piel. Las exfoliaciones químicas pueden estar cubiertas por un seguro si se realizan por razones médicas en lugar de estéticas.

Las exfoliaciones químicas se realizan en el consultorio de un cirujano plástico o dermatólogo, o en un centro quirúrgico ambulatorio. No se requiere anestesia porque el TCA y el fenol tienen propiedades anestésicas y el AHA produce solo un ligero escozor.

Durante una exfoliación con TCA o fenol, se limpia la piel y se aplica la solución, lo que puede causar una breve sensación de escozor. Se puede colocar vaselina o una cinta adhesiva impermeable sobre la piel después de una exfoliación con fenol. Durante una exfoliación con AHA, se limpia la piel y se aplica la solución; no hay necesidad de ungüento o cobertura posterior a la exfoliación.

Una exfoliación con fenol o TCA puede provocar hormigueo o palpitaciones, enrojecimiento de la piel, costras o costras e hinchazón significativa que dura, dependiendo de la fuerza de la exfoliación utilizada, alrededor de una semana. Con una exfoliación con fenol, los ojos pueden estar hinchados y cerrados al principio, y el paciente puede recibir una dieta líquida y aconsejarse que hable lo mínimo posible. Cualquier cinta utilizada se retira después de uno o dos días. Las exfoliaciones con AHA pueden causar escozor, enrojecimiento e irritación temporales, así como descamación o formación de costras. Después de un peeling químico, es fundamental que la piel esté protegida del sol.

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