Doctor tomando la presión arterial del paciente.

Estudio ambulatorio de pH

También conocido como BRAVO, monitoreo del pH esofágico

Si tiene acidez estomacal persistente, dolor en el pecho o síntomas causados por reflujo ácido, puede ser candidato para un estudio de pH ambulatorio. El uso del sistema Bravo® para su estudio de pH puede ayudar a determinar las causas y la gravedad del reflujo gastroesofágico con mayores grados de precisión y comodidad.

Un estudio de pH ambulatorio es una prueba que se usa para evaluar la frecuencia con la que el ácido del estómago se mueve hacia el esófago.

A diferencia de las capacidades de prueba de pH anteriores, el sistema Bravo® le permite continuar con sus actividades normales y elimina la necesidad de los incómodos tubos nasales asociados con las formas más antiguas de pruebas de pH ambulatorias.

El dispositivo Bravo® también permite a los pacientes mantener patrones regulares de alimentación, bebida y estilo de vida mientras se realiza la prueba, lo que ayuda a brindar resultados de prueba precisos de manera conveniente.

El sistema de pH ambulatorio Bravo® utiliza una cápsula de detección de pH en miniatura que transmite datos de pH de forma inalámbrica a un dispositivo de registro.

La cápsula sensora de pH se implanta endoscópicamente bajo sedación y su presencia no es detectable después de la colocación. La implantación sigue los mismos pasos de procedimiento que una endoscopia superior, por lo que es importante no comer ni beber al menos seis horas antes del procedimiento.

Después de que se implanta el dispositivo de monitoreo de pH, transmite datos de pH a un dispositivo de registro, lo que le permite a su médico evaluar y medir sus niveles de ácido. El dispositivo registra su actividad de reflujo para 48 horas.

No es necesario retirar quirúrgicamente el sensor de pH. Después de un período de dos días, el sensor se separa naturalmente del esófago y pasa a través de las heces.

Su médico hará un seguimiento con usted y revisará los datos registrados por la prueba.

Un estudio de pH ambulatorio utilizando el sistema Bravo® es generalmente un procedimiento seguro. A pesar de la improbabilidad de que ocurra una complicación, el procedimiento conlleva ciertos riesgos. Estos incluyen náuseas, acidez estomacal, dolor de garganta y dificultad para tragar, así como somnolencia por los medicamentos sedantes.

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