Reemplazo de disco artificial
Si las lesiones en la columna le impiden realizar las tareas diarias, pero no quiere arriesgarse a limitar su movilidad a través de una fusión espinal, la cirugía de reemplazo de disco artificial puede ser una opción. En Providence, trabajamos con usted para reducir el dolor causado por afecciones de la columna, como fractura de columna, enfermedad de disco espinal o estenosis espinal.
La cirugía de reemplazo de disco artificial, también conocida como ADR, reemplazo total de disco o artroplastia total de disco, utiliza técnicas quirúrgicas avanzadas para extraer los discos intervertebrales dañados dentro de la columna lumbar o cervical y los reemplaza con una prótesis de última generación.
La columna vertebral humana está formada por 24 vértebras separadas por discos intervertebrales que funcionan como cojines o amortiguadores para nuestra espalda. Las anomalías como la degeneración del disco, los espolones óseos, las vértebras fracturadas, la escoliosis y otras deformidades de la columna a menudo pueden provocar nervios pinzados y movimientos anormales que causan dolor de espalda o piernas.
El objetivo del reemplazo total de disco es recrear la función dinámica normal de la columna y eliminar el dolor de espalda. Al implantar un disco protésico completamente nuevo en lugar de uno degenerado, la ADR restaura la capacidad de la columna para moverse dinámicamente sin comprometer la movilidad, a diferencia de la fusión espinal, cuyo propósito es limitar el movimiento al extraer los discos espinales por completo y unir las vértebras.
Los discos artificiales utilizados en ADR están hechos principalmente de aleación de cobalto-cromo y polietileno de peso molecular reforzado con un recubrimiento de titanio rociado con plasma. Están diseñados para resistir la corrosión, duplicar la función del disco y funcionar de manera compatible con el cuerpo.
Durante el procedimiento, su cirujano le hará una incisión en el abdomen para acceder a la columna. Una vez entre los cuerpos vertebrales correctos, se extraen el disco enfermo, así como cualquier espolón óseo, hueso dañado y tejido discal enfermo residual.
Luego, el cirujano separa los cuerpos vertebrales afectados para aliviar la presión nerviosa y proporcionar suficiente espacio para el disco artificial. Con un taladro óseo especial, se alisa el hueso del cuerpo vertebral para prepararlo para la colocación del disco artificial.
Una vez que el disco artificial se coloca entre los cuerpos vertebrales, la columna vuelve a su postura normal, asegurando de manera efectiva y segura el nuevo disco.
Los pacientes a menudo se quedan tan solo una noche después de la cirugía, dependiendo de su condición. Su equipo de terapeutas físicos y ocupacionales trabajará con usted para garantizar que el proceso de recuperación sea lo más cómodo posible. Nuestras enfermeras lo ayudarán a ponerse de pie y caminar durante los primeros días de recuperación y controlarán su progreso.
Al igual que con cualquier cirugía, pueden surgir algunos riesgos y complicaciones al someterse a ADR. Estos incluyen infección, coágulos de sangre en la columna vertebral, posible daño a los nervios y dislocación del disco artificial.
Cuando se asocia con Providence para su cirugía, puede estar tranquilo sabiendo que su equipo de cirujanos ortopédicos y neurológicos tiene la habilidad y la experiencia para reducir el riesgo de complicaciones durante la cirugía.