Doctor tomando la presión arterial del paciente.

Cirugía de la glándula tiroidea

En Providence, nuestros endocrinólogos, radiólogos y cirujanos endocrinos trabajan en conjunto para mejorar su salud endocrina. Para procedimientos como la cirugía de tiroides, nos aseguramos de que nuestros pacientes reciban su tratamiento lo más rápido y sin dolor posible.

La cirugía de tiroides es la extirpación parcial (y en algunos casos completa) del tejido tiroideo.

Su tiroides es una glándula pequeña con forma de mariposa justo encima de su esternón. Esta glándula libera tiroxina, una hormona importante que ayuda a regular el metabolismo al controlar la frecuencia cardíaca y el uso de glucosa.

Durante un examen médico, es posible que su médico encuentre bultos dentro de su tiroides. Estos bultos, conocidos como nódulos, son relativamente inofensivos, pero a veces pueden crecer de manera anormal. Estos crecimientos anormales pueden presionar el esófago y la tráquea, causando dificultad para respirar y dificultad para tragar.

Los nódulos tiroideos también pueden afectar la producción de tiroxina de la glándula (hipertiroidismo), causando latidos cardíacos irregulares, debilidad muscular y ansiedad.

En su mayor parte, los nódulos y los bocios se pueden tratar con medicamentos o tratamientos con yodo radiactivo. Solo cuando los crecimientos se vuelven cancerosos, o cuando obstruyen la respiración y la deglución, se recomienda la cirugía.

La cirugía de tiroides es un procedimiento rutinario mínimamente invasivo que usa anestesia general y puede durar entre una y cinco horas. Como es el proceso para todas las cirugías bajo anestesia general, se le colocará una vía intravenosa mientras esté despierto, y cuando esté dormido por la anestesia, se insertará un tubo de respiración una vez a través de su boca para ayudarlo con la respiración.

Durante el procedimiento, su cirujano endocrino hará una pequeña incisión horizontal en su cuello, eliminará cualquier tejido tiroideo dañado y luego sellará la incisión con cinta quirúrgica. Se usa un monitor de nervios durante todo el procedimiento para garantizar que no se dañen los nervios laríngeos que rodean la tiroides.

A menos que se sometan a una tiroidectomía total, los pacientes suelen irse a casa el mismo día después de unas horas de seguimiento. Después de la cirugía, deberá tomar un reemplazo de hormona tiroidea una vez al día por el resto de su vida.

Gracias a la investigación avanzada en procedimientos mínimamente invasivos, nuestros pacientes experimentan mejores resultados a largo plazo después de la operación. Aún así, pueden surgir algunos riesgos y complicaciones. Algunos pacientes pueden experimentar dolor de garganta y ronquera después de la cirugía de tiroides. Esta molestia generalmente desaparece después de 7-14 dias. Otros posibles efectos secundarios incluyen hematoma, obstrucción de las vías respiratorias o infección de la herida quirúrgica.

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