Ayudar a los niños a sobrellevar la muerte

Muchos factores están involucrados cuando se habla con un niño sobre la muerte. Es importante la edad del niño, el lenguaje utilizado, ser honesto, sin complicaciones, y comprender sus propios sentimientos y concepciones sobre la muerte. Incluso con estos temas difíciles, es importante hablar con los niños sobre la muerte. No hacerlo los deja desprotegidos del dolor y el desconcierto que acompaña a esta inevitable experiencia.

Los niños tienen diferentes concepciones de la muerte dependiendo de su edad de desarrollo. Los niños en edad preescolar ven la muerte como un estado reversible y temporal. Los niños que están entre 5 y 9 años de edad entienden que la muerte es irreversible. A pesar de este entendimiento, pueden sentir que pueden escapar a través de sus propios pensamientos y acciones para “hacer que la persona regrese”. Incluso pueden pensar que la muerte es su culpa. Niños mayores de edad 9 y en la adolescencia empiezan a comprender que todas las cosas mueren y que ellas mismas morirán algún día. Los adolescentes pueden desarrollar preguntas existenciales sobre el sentido de la vida.

Mantener una línea de comunicación sin prejuicios sobre sentimientos, recuerdos, etc. con respecto a la muerte es importante para el niño y el adulto que escucha. Las siguientes son algunas cosas útiles que se pueden hacer para los niños en duelo:

  • Asegúreles que sus necesidades básicas serán satisfechas.
  • Asegúreles que la muerte no es su culpa.
  • Usa un lenguaje claro. Las personas que mueren no “fallecen” o “se van a dormir”. Estos términos pueden asustar a los niños que pasan de un grado a otro y también pueden hacer que el sueño sea confuso. Usa los términos muerte o morir.
  • Permita que el niño se despida.
  • Permitir la libre expresión de sentimientos a través de lágrimas, ira, hablar, mirar fotografías o recuerdos, etc.
  • Deje que su preocupación genuina y cariño se muestren.
  • Estar disponible y estar presente.
  • Llame o escriba a la familia si se siente bien.
  • Di que lamentas lo que pasó y su dolor.
  • Permita que el niño exprese tanto o tan poco dolor como esté dispuesto a compartir en ese momento.
  • Hable sobre las cualidades especiales y entrañables de la persona que han perdido.
  • Dar atención a los hermanos sobrevivientes.
  • Asegúreles que hicieron todo lo posible.
  • Comparte tu experiencia personal si te parece útil y normal.
  • Escuche y acepte sin juzgar.
  • Evite clichés como “tu familia está más unida ahora”, “sé cómo te sientes” (especialmente si no lo sabes) o “piensa en todos los buenos momentos”.
  • Reconocer cumpleaños, fechas de muerte, aniversarios, etc.
  • Recuerde que el duelo puede tardar muchos años en superarse.
  • Acepta que no puedes hacer que se sienta mejor.

Los niños que luchan con el duelo a menudo envían señales a los adultos a través de una depresión prolongada, incapacidad para hablar sobre el difunto, comportamientos exagerados, etc. La muerte es especialmente dura para los niños si se trata de un acto de violencia. Los psicólogos, los trabajadores sociales y los ministros están familiarizados con tales reacciones y puede valer la pena recurrir a ellos para obtener asesoramiento o apoyo profesional.

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