En el Departamento de Emergencias, tratamos enfermedades y lesiones que podrían poner en peligro la vida, que incluyen:

• Sangrado que no para
• Confusión o cambios en el estado mental
• Tos o vómitos con sangre
• Dificultad para hablar
• Desmayos, mareos o debilidad repentinos
• Ataque cardíaco o dolor torácico intenso
• Pérdida de consciencia
• Vómitos o diarrea severos o persistentes
• Dolor abdominal intenso o inusual
• Falta de aire o dificultad para respirar
• Accidente cerebrovascular, parálisis repentina o dificultad para hablar
• Dolor repentino o severo
• Sentimientos suicidas
• Cambios en la visión

Si tiene estos síntomas, llame 911 inmediatamente o acudir al servicio de urgencias más cercano.

En el departamento de emergencias, nos esforzamos por atenderlo lo más rápido posible. Sin embargo, no lo tratamos necesariamente por orden de llegada. Primero ayudamos a las personas más gravemente enfermas o lesionadas.

Evaluamos su condición cuando llega para determinar qué tan rápido necesita tratamiento. Sea lo más claro y específico posible acerca de sus síntomas.

Si tiene pruebas de laboratorio o estudios de imágenes, puede llevar algún tiempo enviarle los resultados a su médico para ayudarlo a hacer un diagnóstico y un plan de tratamiento.

Si lo admitimos en el hospital, lo trasladaremos a una habitación lo antes posible. Cuando regrese a casa, le daremos instrucciones para el hogar o la atención de seguimiento.

Cuando sea posible, es útil llevar lo siguiente al departamento de emergencias:

• Una lista de alergias a medicamentos y alimentos.
• Una lista de todos los medicamentos que toma, incluidos los medicamentos recetados, los medicamentos de venta libre y los remedios a base de hierbas, junto con las dosis y la frecuencia con la que los toma.
• Registros de inmunización
• Historia médica y quirúrgica