Cuando una herida no cicatriza y no responde al tratamiento dentro 30 días, se considera una herida crónica o que no cicatriza. Las llagas necesitan circulación sanguínea para curarse, y algunos problemas de salud afectan el flujo sanguíneo y dificultan la curación de su cuerpo. La diabetes, la enfermedad renal, la enfermedad arterial periférica o los vasos sanguíneos dañados pueden retrasar la recuperación.

Tratamos muchos tipos de heridas crónicas, incluyendo:

• Úlceras arteriales y venosas (daño a arterias y venas)
• Úlceras diabéticas en piernas y pies.
• Heridas quirúrgicas que no cicatrizan e injertos de piel
• Úlceras por presión (úlceras de decúbito)
• Lesiones traumáticas
• heridas infectadas
• Heridas por radioterapia

Nuestros especialistas en el cuidado de heridas pueden tratar incluso las heridas más difíciles de curar. Nos basamos en los últimos enfoques en la curación de heridas para crear un plan de tratamiento que lo ayudará a sentirse mejor lo más rápido posible. Su equipo le mostrará cómo cuidar su herida y le informará qué mejora y qué retarda la cicatrización. 

Una de las opciones de curación de heridas que ofrecemos son los sustitutos de la piel que se fabrican en un laboratorio (bioingeniería). Son esencialmente apósitos que protegen su herida con una cubierta similar a la piel para ayudar a su cuerpo a desarrollar tejido nuevo alrededor de su llaga y ayudar al proceso de curación natural de su cuerpo.

Los cierres asistidos por vacío son un tipo de vendaje para heridas que se conecta a una bomba que elimina el exceso de líquido de la herida y mejora el flujo sanguíneo.