Testimonios
La historia de James y Linda
James Rogers había visto a su esposa enfrentar un desafío tras otro con su salud. Linda originalmente tuvo un trasplante de riñón en 1995 utilizando un riñón de donante fallecido. Aunque James la apoyó en todo momento, no podía hacer mucho para ayudarla. Sin embargo, cuando los médicos le dijeron a su esposa que necesitaba otro trasplante de riñón, James hizo más que ofrecer su apoyo. Él le ofreció su nueva vida. James Rogers de Lake Forest es uno de un número creciente de donantes vivos de riñón. Los donantes vivos de hoy no tienen que ser parientes consanguíneos, lo que brinda a los amigos y cónyuges, como James, la oportunidad de darle a un ser querido un regalo como ningún otro.
"Mi esposa ha recuperado su salud y calidad de vida", dice James. "Cuando la vi después de la cirugía, me derrumbé y lloré", recuerda. "Se sentía y se veía mucho mejor con un riñón saludable nuevamente".
Linda y James también tienen un lugar especial en su corazón para quienes los ayudaron durante la experiencia del trasplante. "Desde los médicos hasta las enfermeras en el piso, todos brindaron una atención tan maravillosa y compasiva", dice Linda.
la historia de manuel
"Cuando descubrimos que podía donar un riñón a mi esposa, el Hospital St. Joseph lo hizo posible. Desde el personal hasta las enfermeras, los médicos y los cirujanos, nos sentimos como si realmente nos cuidaran. Siempre estaré agradecido con St. Joseph Hospital por hacer que la donación de órganos en vivo sea lo más fácil posible". - Manuel Lugo, donante de riñón