Radioterapia guiada por resonancia magnética

A diferencia de la radioterapia estándar, la radioterapia guiada por resonancia magnética le permite a su médico rastrear y dosificar su tumor en tiempo real. La radioterapia guiada por resonancia magnética combina imágenes de resonancia magnética de diagnóstico con un acelerador lineal. Esto le permite a su médico ver en tiempo real si el tumor se ha movido debido al movimiento de los intestinos, la respiración regular o los latidos de su corazón, por ejemplo. La administración de radiación se detendrá cuando el tumor se mueva, lo que reduce en gran medida la cantidad de radiación que llega a los tejidos y órganos sanos. La administración de radiación solo comenzará cuando el tumor haya regresado al área de tratamiento correcta.

Esta precisión significa que su tumor puede recibir una dosis de radiación destructora del cáncer más fuerte y disminuir los efectos secundarios negativos al mismo tiempo. La radioterapia guiada por resonancia magnética es el método más seguro disponible para tratar los tumores del abdomen debido a su capacidad de adaptación en tiempo real.

Los métodos tradicionales de tratamiento con radiación incluyen que su médico tome tomografías computarizadas antes del tratamiento. Esta imagen no tiene en cuenta los movimientos normales del cuerpo, como la respiración y el movimiento de los órganos internos. Estos movimientos pueden hacer que el tumor y los tejidos sanos se muevan antes y durante el tratamiento. Esto pone sus tejidos sanos en riesgo de ser dañados por la radiación. Con la resonancia magnética en tiempo real, su médico generalmente puede administrar su tratamiento de radiación en menos sesiones y con menos daño al tejido sano.

Providence Cancer Institute ha ampliado los tipos de cáncer que se pueden tratar con radioterapia guiada por resonancia magnética. Continuaremos agregando tipos de tumores a medida que sean elegibles para el tratamiento.

Los tipos de tumores ahora incluyen:

• Abdomen (cáncer de hígado, cáncer de páncreas, metástasis en el hígado, suprarrenales y otras áreas)
• Pelvis (cáncer de próstata, metástasis en la pelvis)
• Columna vertebral
• Seno

Los candidatos para la radioterapia guiada por resonancia magnética son pacientes que:

• Puede recibir resonancia magnética de manera segura
• Están en relativamente buena forma y pueden tolerar acostarse durante 30-60 minutos
• El cáncer tiene un tamaño y una cantidad limitados (lo determinará el oncólogo radioterápico tratante)

Su primera cita está dedicada a la planificación y personalización de su tratamiento. Esto puede incluir escaneos previos al tratamiento y colocarle accesorios que lo ayuden a acostarse en una posición más cómoda y consistente para cada visita.

Al comienzo de cada sesión de tratamiento, lo ayudaremos a colocarse en la posición correcta. Luego, tomaremos una resonancia magnética. La nueva exploración se comparará con la exploración original, de modo que su tratamiento pueda ajustarse para obtener el mejor resultado posible.

Se le colocarán unos auriculares especiales para proteger su oído del ruido. Estos auriculares no solo protegen sus oídos, sino que también actúan como un intercomunicador para mantenerlo en contacto con su médico en la habitación contigua.

Las máquinas de radiación y MRI trabajan juntas en tiempo real, por lo que los haces de radiación maximizan la dosis para su tumor y minimizan la dosis para sus órganos circundantes.

Mientras el haz de radiación está encendido, la máquina de resonancia magnética captura constantemente imágenes de los órganos circundantes. Si su tumor o los órganos circundantes se mueven más allá del área permitida por su médico, el haz de radiación se detiene automáticamente. Cuando el objetivo regresa al área permitida, el haz de radiación se vuelve a encender automáticamente. Esto le permite obtener la cantidad correcta de radiación en el lugar correcto.

Cada paciente tendrá un plan de tratamiento diferente. Las sesiones de tratamiento suelen ser de treinta minutos a una hora, y los pacientes suelen recibir de tres a cinco sesiones de tratamiento por semana en el transcurso de una o dos semanas.

Hable con su médico acerca de cuándo podrá reanudar sus actividades normales. Este cronograma dependerá de su plan de tratamiento y actividades específicas.